Gárgolas insomnes

Diciembre 24 de 2006

La directora general de Radio Educación, Lidia Camacho, gana veinte veces más que cualquier trabajador con un sueldo promedio en la misma emisora. Eso ya lo sabías, ¿verdad? Y ahora resulta que su sueldo es mayor que el de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, valga la comparación. Eso no lo sabías, ¿o sí? ¡No importa! La jefa de jefes que, a principios del año pasado, tardó casi dos meses en conceder una entrevista con la delegación sindical de la emisora, por fin, ya se larga. Lo malo es que deja Radio Educación invadida por programas periodísticos de emisoras extranjeras y uno tiene que apagar el aparato receptor o cambiar de estación porque "el oasis del cuadrante" está cada vez más seco. Programas como Punto de encuentro y Hospital de la palabra -que después cambió su nombre por el de Fonemas y dilemas- dejaron de transmitirse porque eran coordinados directamente desde la dirección general saliente. Del mismo modo que fueron impuestos en la programación, pasando por encima del llamado "comité técnico de evaluación" (algo así como la carabina de Ambrosio), ahora salen del aire, pasando por alto la aceptación del público, que jamás ha sido consultado. Con el cambio de administración, para dichos programas "termina un ciclo", según el ritornelo justificatorio que tanto los altos mandos como algunos trabajadores de base repiten sin cuestionar ni un ápice. ¿Y los programas periodísticos de emisoras extranjeras? ¿Esos no cumplen un ciclo? ¿Son la herencia maldita?

Algo anda mal en Radio Educación. Además de la miseria material que sigue padeciendo internamente, su elenco de voces masculinas transmite un envejecimiento inexorable. Cuando llega "sangre nueva" se trata de voces idiotas y nasales que ofenden el gusto y la sensibilidad del público, aunque afortunadamente duran poco tiempo allí. En cuanto a programación se refiere, durante el sexenio foxista de Lidia Camacho no hubo más que pérdidas, desde Cachivaches y Piel de asfalto, que eran ejemplos de calidad excepcional y creatividad desbordante, hasta Punto de encuentro y Fonemas y dilemas, que parecían ser el único aporte del autoritarismo en retirada, entre sus múltiples bodrios de pedantería insufrible, como Política en plural y El arte de escuchar el radioarte. En cambio, programas como Del campo y de la ciudad parecen dirigidos a un público de analfabetas funcionales; optan por el autoengaño, la involución y la carcoma, en vez de una muerte digna; prefieren el club de amigos complacientes, incondicionales y acríticos, al público real, exigente y crítico. Programas como ese perdieron su razón de ser desde que llegaron literalmente a la decrepitud.

-Nunca habíamos estado peor -dice ahora Hilda Saray, y yo tengo más de seis años escuchando la misma cantaleta. Lo que nunca había escuchado, ni me lo esperaba, es que una locutora, al parecer inteligente, culpara al público radioescucha de esta situación.

En fin. Algunos estamos casados con Radio Educación desde hace tres décadas y quizás este sea un buen momento para el divorcio. Si casarse es un error, nunca es demasiado tarde para corregirlo. Finalmente, solo es posible contraer matrimonio y enfermedades. Además, si el patrimonio es un conjunto de bienes, el matrimonio es un conjunto de males.

[] Iván Rincón 11:02 PM

Diciembre 10 de 2006

Oaxaca, laboratorio de la tiranía para el país

Hasta hoy -Día Internacional de los Derechos Humanos- el saldo cuantificable del actual conflicto en Oaxaca, a más de seis meses de haber iniciado, es de 21 personas asesinadas, alrededor de 370 lesionadas, más de 500 detenidas, 306 presas todavía, unas 300 perseguidas y más de cien desaparecidas. De los 306 presos, 214 fueron capturados el 25 de noviembre (entre ellos cuatro extranjeros) a raíz de los enfrentamientos entre miembros de la APPO y fuerzas del "orden" (incluyendo a los provocadores), que ocasionaron daños materiales calculados en más de 60 millones de pesos.

Unos 170 detenidos ese día fueron llevados a centros penitenciarios de Nayarit, Tamaulipas y Jalisco. En el penal de San José del Rincón -a 15 kilómetros de Tepic, Nayarit- fueron recluidas 141 personas (106 hombres y 35 mujeres), entre las cuales hay algunas menores de edad. Tras pagar una fianza de 108 mil pesos cada una, fueron liberadas tres de ellas y luego se sumó una más, por lo que 139 siguen allí.

Aunque más de cien eran transeúntes que no participaron en la manifestación de aquel día ni mucho menos en los desmanes y fueron detenidos arbitrariamente y torturados antes, durante y después de su traslado, los 139 están acusadas de rebelión, sedición, delincuencia organizada, asociación delictuosa y daños por incendio. El proceso a 93 de ellos tiene la causa penal 652/2006 en el juzgado de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca, mientras que 54 más (algunos de los cuales coinciden en el otro expediente) tienen la causa 88/2006 en el juzgado mixto de primera instancia de Mihuatlán, Oaxaca.

Entre los 306 presos se encuentra Flavio Sosa Villavicencio, el dirigente más visible de la APPO, aprehendido en la ciudad de México el 4 de diciembre junto con su hermano Horacio y otras dos personas. Flavio y Horacio están acusados de secuestro, robo calificado con violencia y lesiones calificadas contra funcionarios municipales en hechos ocurridos el 15 de agosto, así como de sedición, daños dolosos causados por incendio y ataques a las vías generales de comunicación. Las órdenes de aprehensión en su contra forman parte de cuatro expedientes penales (58, 60, 102 y 132 de 2006) integrados por jueces federales y de Oaxaca. Flavio Sosa fue llevado a la cárcel de máxima seguridad del Altiplano (antes La Palma), en Almoloya de Juárez, estado de México, mientras que su hermano Horacio fue trasladado al reclusorio de Nayarit a petición del "gobierno" de Oaxaca. En contra de las otras dos personas no existían órdenes de captura, pero fueron detenidas por oponerse al arresto de los hermanos Sosa y se encuentran aún en las instalaciones delegacionales de la Procuraduría General de la República (PGR) del Distrito Federal.

La aprehensión de Flavio y Horacio Sosa, en los hechos, traiciona el diálogo que, en representación de la APPO, habían acordado con el "gobierno" de Felipe Calderón (Fecal), y pasa por encima de tres amparos que les concedía la justicia federal, además de ocurrir una semana después de que su hermano Erick fuera detenido en la ciudad de Oaxaca y recluido bajo cargos similares en el penal federal de Matamoros, Tamaulipas, también a petición del "gobierno" de Ulises Ruiz Ortiz.

Entre los 306 presos hay también cinco agentes de la policía ministerial de Oaxaca, detenidos este sábado por la Policía Federal Preventiva (PFP), que los sorprendió en posesión de armas y vehículos reportados como robados, lo cual parece una farsa montada para efectos propagandísticos (al igual que los cambios en el gabinete local) o, en el mejor de los casos, equivale a "una de cal por las que van de arena".

Para el traslado de los presos a reclusorios de otros estados se les consideró "reos de alta peligrosidad", antes de ser juzgados. Además permanecen incomunicados, pues los requisitos impuestos a sus familiares para visitarlos hacen prohibitivo este derecho. Por estar acusados de delitos graves, algunos no pueden salir bajo fianza. En otros casos, el monto de las fianzas -cuatro millones de pesos, las más altas- es imposible de alcanzar. En todos los casos, además del traslado (como en tiempos de la dictadura porfiriana), los presos han sufrido torturas físicas y sicológicas, vejaciones, tratos crueles, inhumanos y degradantes. Los han tratado peor que a prisioneros de guerra, como en Abu Ghraib o Guantánamo, contraviniendo lo estipulado por convenios internacionales sobre derechos humanos.

Mientras tanto, en Oaxaca siguen suspendidas de facto las garantías individuales; continúan los cateos ilegales, las detenciones arbitrarias y los secuestros. La misma lógica de guerra sucia y terrorismo de Estado que se aplicó en la captura de Flavio Sosa y compañía opera en la cacería de maestros luego de su regreso a clases. El "gobierno" del franquista Feli Pillo, que no respeta amparos de la justicia federal ni convenios internacionales, tampoco ha respetado la minuta de acuerdo firmada con el magisterio oaxaqueño por el anterior secretario de Gobernación, monseñor Abascal Carranza, de que serían canceladas las órdenes de aprehensión para que los mentores pudieran iniciar el ciclo escolar actual. La jauría ha detenido a más de cien maestros y, hasta donde se sabe, al menos dentro de las cinco causas penales que se desahogan en el reclusorio federal del Altiplano, Almoloya de Juárez, existen 35 órdenes de aprehensión pendientes de ejecutar en contra de militantes y dirigentes de la APPO, entre ellos Enrique Rueda Pacheco, secretario general de la Sección XXII del SNTE, que está acusado de lesiones calificadas, robo calificado y secuestro, según el expediente 71/2006 radicado en el juzgado mixto de primera instancia de Ocotlán de Morelos, Oaxaca.

Como si las arbitrariedades mencionadas hasta aquí no bastaran, hay una orden de aprehensión en contra de Jéssica Sánchez Maya, presidenta de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh), filial Oaxaca, y otra en contra de Aline Castellanos Jurado, del Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, Oaxaca, organización del Foro Nacional de Mujeres y Políticas de Población. En el primer caso, la orden fue girada en el juzgado del distrito judicial de Etla, como parte de la causa penal 104/2006, por delitos que la propia Limeddh desconoce; en el segundo caso, la orden forma parte de la causa 136/2006, dictada en el mismo juzgado, por el delito de despojo agravado contra la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión, Canal 9, presuntamente cometido el primero de agosto. Por el mismo delito, hay también una orden de aprehensión en contra del director de Radio Plantón, Omar Olivera Espinoza, y otras diez personas. En ambos casos, se trata de un hecho grave porque criminaliza la observación y defensa de los derechos humanos, además de la protesta social, pues Aline Castellanos también ha trabajado para la Limeddh, representándola incluso en otros países. De hecho, este el corolario del hostigamiento parapoliciaco y paramilitar que ha padecido el organismo no gubernamental durante más de seis meses, en los que se suman a la vigilancia desde la calle un intento de allanamiento de sus oficinas en el centro de Oaxaca y una pinta en la pared exterior con los letreros: "Aquí se reúne la APPO" y "También las barricadas violan derechos humanos".

Con una sola excepción, los 21 muertos en este conflicto son del movimiento popular, y sus asesinos siguen libres. Los detenidos por el homicidio del periodista independiente Brad Will, por ejemplo, fueron puestos en libertad, y ahora la procuraduría del estado pretende (procura) culpar de este crimen a la APPO. En ningún caso los presos, perseguidos y desaparecidos, salvo quizás los infiltrados, son responsables de las pérdidas humanas y materiales. Los matones y vándalos de verdad andan sueltos porque el poder no los persigue, los protege. El estado de sitio los ampara, les otorga impunidad. No hay detenidos por instigar al linchamiento de la APPO desde una estación de radio clandestina, por ejemplo. Hasta hoy, la escalada represiva no ha servido más que para apuntalar a la mafia criminal de Ulises Ruiz en el "gobierno" del estado, a cambio de la ayuda que tuvo Fecal en la consumación de su golpe de estado y la que requerirá en adelante para consumar también el desmantelamiento del país. Más aún, en la cacería de gente honesta, en esta guerra de la ignominia contra la dignidad, participan activamente los matones a sueldo y vándalos a destajo, los incendiarios, los escuadrones de la muerte. La policía misma es paramilitar; la llamada "policía federal preventiva", que llegó para agredir a las víctimas y proteger a los victimarios, está integrada por militares. Las policías locales tienen mandos kaibiles y adiestramiento kaibil, además de contar con madrinas y operar en coordinación con las bandas armadas del PRI. El propio Ulises Ruiz, según la APPO, tiene tratos y contratos con Los Zetas.

Fascismo en ciernes

Abunda información sobre los sicarios al servicio del chacal -nombres, apellidos y hasta fotos- en publicaciones impresas y páginas de Internet, pero el "gobierno" federal prefiere reprimir el descontento popular a combatir el crimen organizado. Incluso en el gabinete ampliado de Felipe el espurio, hay alguien señalado como socio, cómplice y amigo de pederastas y narcotraficantes (un tal Miguel Ángel Yunes Linares). En Michoacán continúan las ejecuciones por la guerra entre los cárteles de la droga, pues el poder formal ha preferido reprimir el descontento popular a enfrentar el crimen organizado. En Ciudad Juárez, Chihuahua, donde hace más de trece años comenzó un holocausto que se extiende hoy hasta Oaxaca, siguen dándose casos de mujeres secuestradas, violadas, torturadas, mutiladas, asesinadas y desaparecidas, pero el "gobierno" prefiere reprimir el descontento popular a combatir el crimen organizado. Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo y quizás el grupo de sicarios más violento y mejor armado del país, salió de las filas del ejército federal mexicano, al que los usurpadores recurren para reprimir el descontento popular en vez de combatir el crimen organizado. ¿Hace falta reiterarlo?

Desde el uso y abuso de las fuerzas armadas en el golpe de estado, hasta la designación del gabinete de seguridad, pasando por el despropósito de quitarle recursos a la educación y la cultura para dárselos al ejército y la marina como premio a su lealtad, todo apunta hacia un repunte del autoritarismo fascista que tuvo su primer asomo descarado en Guadalajara durante la Cumbre de las Américas, en mayo de 2004, cuando el actual secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, reprimió brutalmente (¿se puede reprimir de otra manera?) las manifestaciones pacíficas de protesta. El principal responsable de la brutal represión (valga la redundancia) en San Salvador Atenco, Eduardo Medina-Mora, entonces secretario de Seguridad Pública, es ahora procurador general de la República...

En el Día Internacional de los Derechos Humanos y la "Década de lucha contra la impunidad", todo lo que ocurre desde el poder hace de Oaxaca un laboratorio de la tiranía que México está por padecer. El "estado de excepción" en Oaxaca pretende ser la regla en México. Falta ver si lo permitimos.

[] Iván Rincón 11:05 PM

Noviembre 30 de 2006

El espectáculo que han dado los flamantes diputados federales de México, al protagonizarlo principalmente las fracciones del PAN y del PRD, tiene dos efectos favorables para el PRI. El más inmediato es distraer la atención nacional y mundial hacia el masivo y creciente atropello en Oaxaca y el otro es darle al partido de los caciques y las bandas paramilitares un papel de "conciliador" en el Congreso de la Unión. El "fiel de la balanza" se inclina obviamente a la derecha por su fidelidad al PAN, que lo apoya con fuerzas federales en Oaxaca, donde la represión al movimiento popular más importante desde el levantamiento zapatista en Chiapas tiene un saldo de por lo menos 20 muertos, todos del mismo lado, más de 150 heridos -algunos graves, porque los alcanzaron las balas, no las canicas-, alrededor de 220 detenidos (y desterrados sin juicio ni trámite alguno, como lo hací­a Porfirio Dí­az), un número indeterminado de desaparecid@s, mujeres en muchos casos, que -recuérdese Atenco- la policí­a paramilitar suele violar en masa, casas y oficinas allanadas y destruidas, además de los edificios históricos incendiados por vándalos al servicio de Ulises Ruiz, exactamente igual que los nazis, cuando quemaron el parlamento alemán en 1933 (el parlamento mexicano está quemado por sus diputados) para culpar después a los comunistas y dar así­ pretexto a su cacerí­a.

El espectáculo de los diputados es mediático en la medida que se trata de un pleito entre hordas de enanos. Tení­a que ser vergonzoso para llamar la atención de quienes ven televisa y televisión azteca. Si el dicho era antes "al pueblo pan y circo", ahora es PAN, PRD y circo sin trapecistas, puro payaso sin gracia. Finalmente, si algo lograron las fracciones parlamentarias de PAN y PRD con su trifulca (gresca para que rime con grotesca) es una alianza de facto: impedir que Felipe Calderón tome posesión como presidente espurio en el Congreso de la Unión y lo haga en una sede alterna, como el Auditorio Nacional o el Campo Marte.

Mientras tanto, los émulos de Hitler y Porfirio Díaz cometen en Oaxaca todos los crí­menes que supone un estado de sitio, y el pueblo resiste.

[] Iván Rincón 10:11 PM

Noviembre 27 de 2006

Oaxaca y la caravana de la muerte

Ulises Ruiz dejará de ser lo que nunca fue -gobernador del estado de Oaxaca- después del primero de diciembre, y todo seguirá empeorando, pudriéndose y cayéndose a pedazos, porque el golpe de estado que al principio llamábamos fraude electoral es nacional y ahora tiene tintes militares y paramilitares, como cualquier otro vil pinochetazo, con la inmensa diferencia de que, en la histórica, legendaria y entrañable tierra de Juárez, ha comenzado una revolución que, armada de bombas molotov que expanden clavos en llamas con gasolina, bazucas artesanales o hechizas que disparan cohetones, escudos arrebatados al ejército disfrazado de policía, piedras, tubos y palos, llama la atención del mundo y lo mantiene en vilo. Esta revuelta, literalmente comparable con la comuna de París y ahora nuestra intifada, está armada también de una dignidad que creció y se hizo fuerte al calor de luchas anteriores, más bien locales y más o menos esporádicas, aunque también permanentes en muchos otros casos (la permanencia es tan fugaz como nuestros maestros de escuela), una actitud digna de admirar, reconocer y apoyar, una indignación lógica, explicable, un descontento acumulado durante muchas décadas de agravios y ofensas, una ira que tenía que despertar... y lo hizo. El paradigma de Goliat y el síndrome de David: botellas incendiarias contra vehículos antimotines o "tanquetas". Si los tanques de guerra y los llamados "mosquitos" (helicópteros artillados con un cañón de un lado y una ametralladora del otro, que dispara balas calibre 50, prohibidas por los tratados de Ginebra), no han hecho aparición aún en esta guerra es porque no pudieron en su momento con los zapatistas y ahora tienen su turno los escuadrones de la muerte, paramilitares, mercenarios y matones que cobran por bala que dé en el blanco (las que batieron a Brad Will, por ejemplo). Eso es lo que sigue, lo que siempre estuvo allí: la caravana de la muerte.

Pero cuando los gritos callejeros repiten "Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó", festejan con alegría funeraria y alegoría sarcástica, más que un hecho previsible, un hecho más que previsible, para anunciar otro, igual de previsible: "¡Hoy voy a hacer, hoy voy a hacer una fogata con los de la PFP!" Y nada aquí es cuento ni hablada ni broma ni vacilada. No existen tácticas ni estrategias de contrainsurgencia capaces de contener al México bronco. Tampoco hay ejército ni policía que lo detenga. La alianza entre PAN y PRI está esmeradísima en propiciarlo, sacar al demonio del closet y recibir su machetazo. Para constatación recíproca de los dos polos de México, el pueblo y sus tiranos (radio, televisión, periódicos y revistas salinistas mediante), resulta que un estado de sitio no puede reprimir a una revolución y, muy por el contrario, alienta y estimula su entendible y justificable ira.

El cambio que anhelamos en este país no será pacífico. Saldrá a flote de un mar de sangre tratando de respirar entre gas lacrimógeno, balazos y golpes de tolete.

Vicente Fox dejará de ser lo que nunca fue -presidente de México- el primero de diciembre, y Felipe Calderón (Fecal), si se lo permitimos, llevará hasta sus últimas consecuencias la imposición, la usurpación, el golpe de estado, con una violencia inimaginable, impredecible, incontenible... salvo por la comuna de Oaxaca.

[] Iván Rincón 7:19 AM

Noviembre 11 de 2006

-¡Alto allí! ¡No se mueva! -ordenó el policía, pistola en mano, a Eric Draven, que seguía caminando hacia él con una guitarra eléctrica al hombro, mientras la tienda de objetos robados ardía a sus espaldas- ¡Si se mueve es hombre muerto!
-Sí -dijo Draven-. Soy un hombre muerto... y me muevo.
-¡Usted mató a Tintín! -acusó el policía.
-No -dijo Eric-. Tintín ya estaba muerto... todos están muertos; solo que todavía no lo saben.

(Diálogo de El Cuervo, de Alex Proyas, 1994).

Hoy fue un día gris, oscuro, gris oscuro, frío y húmedo, en el que los muertos recientes salieron a caminar bajo la lluvia que ahora cae en abundancia sobre la ciudad, este monstruo que sigue creciendo hacia los lados y hacia arriba y abajo, por las alcantarillas. Atravesé Río Churubusco a las tres de la mañana y me detuve un momento a contemplar desde el puente peatonal la soledad en que parecía no haber un alma en ninguno de los alrededores, por lo menos hasta donde abarcaba mi vista. Ni un solo coche en movimiento, ni un solo peatón, ni un barrendero, ni un borracho, ni policías ni ladrones (o sea, ni policías), ni un perro, un gato, una rata, nadie asomado por su ventana, vaya, ni siquiera moscas y cucarachas. Ni un alma, digo, además de la mía, si es que todavía tengo alma y no soy más bien un vampiro, un muerto que deambula todas las noches entre Portales y Coyoacán, y al que los policías y ladrones (o sea, los policías) aprendieron a respetar. La soledad que envuelve de noche a esta zona de la ciudad es de una belleza indescriptible, inexplicable, estremecedora. El rumor del viento a la luz de la luna y los faroles es el paso de los fantasmas que despiertan a esa hora y salen a la calle conmigo a caminar. Noctámbulos como yo, inundan el insomnario de melancolía.

No siempre lloverá, es el nombre de una canción de Eric Draven, que maquilló su rostro de blanco, lágrimas negras y sonrisa de guasón, y echó a correr sobre las azoteas de la ciudad, viendo a través de los ojos de un cuervo, el que guió su regreso del remanso de los muertos al mundo de los vivos en la noche del diablo. Todo es oscuridad en esa película, hasta la muerte del actor Brandon Lee durante la secuencia en que las balas no podían matar al personaje porque ya estaba muerto. Una de esas balas mató a Brandon Lee en la vida real y su muerte sigue siendo uno de los episodios más oscuros en la historia del cine.

"Todos están muertos; solo que todavía no lo saben". El cadáver de Ulises Ruiz será levantado a partir del uno de diciembre, y el de Mario Marín a partir del primero de febrero; después será removido el de Félix González. El de Vicente Fox será llevado a la morgue cuando el pelele pretenda tomar posesión y el chacal cumpla dos años de haber usurpado la gubernatura del estado. Los restos de Kamel Nacif y Jean Succar serán enterrados junto con los de Emilio Gamboa y Miguel Ángel Yunes. El día de muertos en Oaxaca siempre será recordado, a partir de este año, como el día de la batalla del pueblo contra el ejército federal con uniforme de policía paramilitar, así como un día de triunfo en la resistencia a la represión.

En la noche del diablo, el infierno envió un ángel.

[] Iván Rincón 10:01 PM

El nombre de esta foto es 'Life?' Su autor es Emil Schildt.